El colágeno contra el envejecimiento Facial
Si bien la elastina son las fibras que dan la base de la estructura, el colágeno es el encargado de recubrir estas fibras y hacerlas resistentes, por lo que en última instancia el colágeno es el mayor responsable de la firmeza de la piel.
Hay distintos tipos de colágeno: los más importantes son el I, II, y IV, los cuales dan mayor grosor a la fibra de elastina, y sobre todo el colágeno tipo III, que mantiene compactados estos “muelles” del colchón de la piel. Cuando somos bebés, nuestros índices de colágeno tipo III son muy altos, y según envejecemos fabricamos menor cantidad de todos los tipos de colágeno y en especial de éste, el tipo III, llamado “colágeno de estructura”
Para suplir esta carencia hay muchos productos que contienen colágeno de origen animal o vegetal, pero dicho colágeno tiene un alto peso molecular, con lo que no consigue penetrar en las capas profundas de la piel, y permanece sólo en la capa más superficial de la piel, la llamada epidermis, por lo que no es un método muy efectivo para combatir los síntomas de la edad.
Otra vía es inyectar colágeno, a través de la cirugía médico estética. Como dicho colágeno no es propio de nuestra piel puede que parte sea reabsorbido y deshechado por el sistema linfático, e incluso puede generar reacciones alérgicas, por lo que no se trata de una vía muy segura. Por lo tanto la mejor opción es estimular a nuestros propios fibroblastos para incrementar la producción de colágeno a través de cremas, sueros y mascarillas ricos en aminopéctidos o a través de aparatología facial como son la radiofrecuencia y la fotoestimulación.